
El Puente del Arcoíris
La leyenda del Puente del Arcoíris, el cielo de nuestras mascotas
En lo profundo del reino celestial de las mascotas, existe un lugar mágico y conmovedor conocido como el Puente del Arcoíris. Esta leyenda no solo ofrece consuelo a aquellos que han sufrido la pérdida de sus queridos compañeros peludos, sino que también rinde homenaje a aquellos seres humanos cuyas vidas están dedicadas a proteger y cuidar a los animales más vulnerables. Acompáñanos en esta emotiva historia que nos transporta a un mundo donde el amor y la lealtad trascienden la vida terrenal y donde ningún ser, al final de su camino, se encuentra solo.
Aunque se vayan de este mundo, ellos permanecen, cómplices, fieles y amorosos en nuestro corazón
El Puente del Arcoíris: Un Reencuentro en el Cielo de las Mascotas

Hay un puente que queda entre el Paraíso y la Tierra, y se llama Puente del Arcoíris. Cuando un animal que ha sido especialmente amado por alguien aquí en la Tierra muere, entonces va al Puente del Arcoíris.
Allí, los valles susurran con una brisa suave y los colinas están cubiertas de flores de colores vibrantes, creando un entorno de calma y serenidad. Los amigos especiales de la Tierra corren y juegan juntos en un prado de hierba suave, bajo un sol dorado que les acaricia con su calor reconfortante. Hay tanta comida y agua como puedan desear, y cada mascota recupera su salud y vitalidad. Las cicatrices de aquellos que fueron heridos se desvanecen, y los años de los ancianos se desvanecen, dejando atrás a los jóvenes y vitales que solían ser. En medio de toda esta alegría, sin embargo, persiste una pequeña tristeza: cada uno de ellos extraña a alguien muy especial, a alguien a quien tuvo que dejar atrás.
Un día, mientras corren y juegan, uno de ellos se detiene de repente y mira a la lejanía. Sus brillantes ojos se ponen atentos; su impaciente cuerpo se estremece y vibra. De repente, sale corriendo del grupo, volando sobre la verde hierba, moviendo sus patas cada vez más y más rápido.
EXTRAÑAN A ALGUIEN ESPECIAL
Tú has sido avistado, y cuando tú y tu amigo especial finalmente se encuentran, los dos se abrazan en un maravilloso reencuentro, para nunca separarse de nuevo. Una lluvia de besos cae sobre tu rostro; tus manos acarician nuevamente la cabeza amada, y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota, tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón. Entonces los dos cruzan el Puente del Arcoíris juntos…

¿Qué ocurre cuando un perrito o gatito que no han sido amados en la tierra, parten también al cielo de las mascotas? ¿Cómo cruza el Puente del Arcoíris?
Diferente de la mayoría de los días en el Puente del Arcoíris, amaneció un día diferente a los días normales tan llenos de sol; este era un día frío y gris. Los recién llegados no sabían qué pensar, nunca habían visto un día de este tipo allí. Pero los animales que llevaban más tiempo esperando a su persona querida sabían perfectamente lo que pasaba, y se fueron juntando en el camino que conducía al Puente.
Pronto, un perro mayor fue visto, con su cabeza muy hundida y arrastrando su cola. Los animales que llevaban tiempo allí, sabían inmediatamente cuál era su historia, porque habían visto pasar esto muchas, demasiadas veces. El se acercó lentamente, y aunque no demostró signos de estar herido o enfermo, él estaba sufriendo emocionalmente. Al contrario de los otros animales que esperaban en el Puente, este animal no había vuelto a la juventud, ni había vuelto a estar lleno de salud y alegría.
Mientras caminaba hacia el Puente, veía cómo todos los otros animales le miraban a él. Sabía que este no era su sitio, y que cuanto antes pudiera cruzar el Puente, antes sería feliz. Pero no podría ser… Cuando se acercó al Puente, apareció un Ángel y con cara triste le pidió perdón y le dijo que no podía cruzar. Solamente a aquellos animales acompañados por su persona amada se les permitía cruzar el puente. No teniendo a nadie, ni otra parte a donde volver, el perro caminó penosamente en el campo delante del puente. Allí él encontró otros como él, viejitos o enfermos, tristes y desalentados. Diferentes de los otros animales que esperaban para cruzar el puente, estos simplemente estaban acostados en la hierba, mirando fijamente desolados el camino a través del Puente del Arcoíris.
El viejo perro se quedó entre ellos, mirando el camino y esperando, aún no sabiendo lo que él esperaba realmente. Uno de los perros más nuevos que esperaba a su dueño en el puente le pidió al gato que estaba allí más tiempo, que le explicara qué sucedía. El gato contestó, “esos pobres animales nunca tuvieron una persona que los cuidara y amara, fueron abandonados, llevados lejos, o dejados en los refugios. Éste al menos llegó hasta un refugio; entró en el refugio igual que lo ves ahora, un animal mayor, con el pelo gris y la vista algo nublada. Pero nunca consiguió salir de él, y se murió solamente con el cariño de su cuidador para acompañarle mientras se fue de la tierra. Pero nunca encontraron un hogar en la Tierra. Todos ellos pasaron por allí solamente con el amor de un protector para confortarlos. Porque no tuvieron ninguna persona para amarlos, no tienen a nadie para que los acompañen a través del Puente del arcoíris”…
El perro preguntó al gato, “Entonces, ¿qué les sucederá a esos animales?” Antes de que el gato pudiera contestar, las nubes comenzaron a desvanecerse y el frío cambió en sol brillante. El gato contestó, “mira, y verás”.
En la distancia estaba una sola persona, y cuando ella se acercó al Puente, los viejos, enfermizos y tristes animales en el campo fueron bañados en una luz dorada y de golpe se volvieron jóvenes y sanos. Otro grupo de animales de los que estaban esperando, también se acercaron al camino y bajaron sus cabezas mientras se acercaba aquella persona. Al pasar por delante de cada cabeza, la persona les tocó a cada uno, a algunos les daba una caricia, a otros les rasgaba las orejas cariñosamente. Los animales que habían rejuvenecido se fueron poniendo en una fila detrás y siguieron a la persona hacia El Puente. Luego, todos cruzaron el Puente juntos.
El perro preguntó al gato, “¿qué acaba de suceder?” El gato respondió, “ese fue un protector” esa persona era gran amante de los animales y trabajaba en su defensa. Los animales que viste bajando sus cabezas en señal de respeto eran los que encontraron nuevos hogares gracias al esfuerzo de tales personas. Claro, todos esos animales cruzarán el Puente cuando llegue su momento, cuando lleguen los que eran sus nuevas familias. Pero los que viste mayores y luego rejuvenecidos, eran los que nunca encontraron una casa… y como no tuvieron familia, no podían cruzar el Puente.
“Cuando llega una persona que haya trabajado en la tierra para ayudar a los animales abandonados, como tributo a ellos, se les permite un último acto de rescate y amor. A todos aquellos pobres animales que no pudieron conseguir familias en la tierra, se les permite acompañarlos para que también puedan cruzar el Puente del Arcoíris.” El perro pensó por un momento y con emoción en su voz dijo, “me gustan los salvadores.” El gato con una sonrisa lo miró y contestó “ a mí también, amigo, a mí también.”
Y así, mientras el sol dorado brillaba en el Puente del Arcoíris, los animales y sus protectores se abrazaron, encontrando consuelo en su amor compartido y en la promesa de la eternidad juntos. Sus corazones se llenaron de gratitud y alegría, sabiendo que nunca más estarían solos, que el amor trascendía el tiempo y el espacio, y que en ese mágico rincón del cielo de las mascotas, el lazo entre ellos perduraría para siempre.
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Cruzaron el Puente del arcoíris juntos.

Por: Senderosmascotas
Fuente: La Mente es maravillosa
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